Un silencioso acto de vandalismo, una pequeña venganza
con el humor fácil como herramienta,
contra lo que
día a día nos obligan a consumir visualmente. Ninguna pretensión mas allá de esto.

lunes, mayo 17, 2010

Vandalismo práctico – El blog




Usted tiene un blog.
En alguna época supo alimentarlo con ingeniosos posts, los cuales le llevaban su buen tiempo elaborar; tiempo que generalmente le quitaba a actividades de relativa importancia en su vida, como por ejemplo ese infumable trabajo que además de ser un grano en el tujes, le permite todavía llegar sano y salvo a fin de mes.

Con el tiempo supo ganarse un considerable grupo de lectores/seguidores, lógicamente a fuerza de ingenio y trabajo, los cuales en varias oportunidades con sus comentarios le hicieron saber lo agradable que era leerlo; acariciando su ego de tal forma, que llegó a otorgarles en mayor o menor medida la virtud de “amigos”.

Y ahí comenzó todo.
Lo que en principio había sido un espacio interesante e ingenioso, poco a poco pasó a convertirse en el bar de la esquina, donde los virtuosos amigos se juntan a tomar bebidas espirituosas y eructarse una y otra vez las mismas sandeces sin que nada importe demasiado.

Y como sucedió eso?
Ocurre que con el tiempo la virtud de sus lectores mutó de la amistad a la tibia obsecuencia.
Y usted se dió cuenta.
Lentamente le empezó a quitar ingredientes sabrosos a sus posteos reemplazándolos por grasas trans, que abultan el producto y salen mas barato.
Los mas de 40 comentarios por post le demostraron que su público no había notado la diferencia, o lo que era peor, que el cambio les importaba tres lupines.

Entonces, un buen día, luego de rascarse la papa sin que ninguna idea apareciera para salvarlo, decidió de forma tangencial blanquear el engaño.
Al título minimalista “Hola” le siguió el no menos descarado que breve texto: “vi luz y postié”

Al término de esa jornada, su post rebalsaba de comentarios.
Cierto es que aproximadamente un 20% simplemente repetían el “Hola” del título, (haciéndolo dudar entre si se trataba de ecos digitales o simplemente de comentaristas tarados que tenían menos que usted para decir) pero también había algunos mas elaborados como por ejemplo “que bueno que volviste, se te extrañaba”, o “que lindo el baner nuevo que pusiste, la casa te quedó re cool!”, o el “priiii!!! :D” del primero en llegar a solo 12 minutos del posteo, que resolvía su duda entre ecos y tarados sin lugar a error.

Hoy usted tiene un blog, y postea contenidos similares con relativa frecuencia, que suman mas de 30 comentarios en pocos días, superando los 40 para cuando decide postear un nuevo renglón.

Y se mea de la risa pensando que hay mas de uno que no pone lo primero que le viene a la cabeza, porque pretende escribir algo que justifique mínimamente su lectura, y que en ocasiones arriman los tres comentarios contando la respuesta al comentario de su novia y un spam…



Que hacen ahí paralizados frente al teclado?
Comenten, putos…