Un silencioso acto de vandalismo, una pequeña venganza
con el humor fácil como herramienta,
contra lo que
día a día nos obligan a consumir visualmente. Ninguna pretensión mas allá de esto.

domingo, junio 24, 2007

Actitud Buenos Aires


Es historia conocida que el votante argentino es un animal que come una y otra vez el bocado envenenado que le sirven los traidores de turno.
De todas formas albergaba la ingenua esperanza de que la última década infame, en la que el PROtagonista de esta victoria levantó su imperio empresario nos hubiera servido de algo.
Otra vez mordemos la carroña.
Y no es que la alternativa fuera la respuesta adecuada.
Lo preocupante es el lento viraje a la diestra siniestra.
La mayoría eligió la ideología detrás de la vacua propuesta.
La mayoría votó la seguridad de la mano dura.
La mayoría expresó mezquinamente que está harta de los pobres en las calles que vienen del conurbano a comer de sus desechos.
La mayoría dijo que no quiere ver mas chicos pidiendo en las calles, que los saquen de su vista, sin importar como.
La mayoría le dió el mango de la sartén al que sabe que le preparará el plato que tanto estaba esperando.
Fea la actitud.
Que vergüenza Buenos Aires.

lunes, junio 18, 2007

Los únicos privilegiados


Robertito no fue lo que podríamos llamar un “niño deseado”.
Producto de un amor furtivo en una larga cola del ANSES; ya a los 2 años y medio le preguntó a su madre por su ausente progenitor por primera vez.
En esa ocasión, lo único que obtuvo como respuesa fue:
“que se yo nene… había tanta gente!”
Hasta los 4 años su madre casi no le había dirigido la palabra, por lo cual a Robertito le costaba recordar su nombre, que débilmente memorizaba gracias a los saludos esporádicos del portero.
Fue entonces que su madre lo inscribió en el jardín de infantes “El sapito pedófilo” en donde se olvidó de ir a buscarlo a la salida del primer día de clases.
El segundo y el tercer día ocurrió lo mismo, y ya para el fin de semana la directora del jardín la había amenazado con denunciarla a un juez de menores y pretendía cobrarle la cuenta de los remises de envío del niño.
En los años que siguieron la madre intentó una y otra vez deshacerse de Robertito, yendo desde el abandono sistemático en cumpleaños de amiguitos hasta el intento desesperado de dejarlo en un taxi que había tomado por pocas cuadras, argumentando que “este nene no es mío, ya estaba en el auto cuando yo subí!”
El último y homicida intento de esta desbordada madre fue el resultante del presente testimonio, que por suerte fue interceptado por un guardia de seguridad del zoo cuando la señora pretendía arrojar al niño disfrazado de Koala (el disfraz de cebra estaba alquilado) a la fosa de los leones con una catapulta improvisada con una tabla de subeybaja un cuadro de bicicleta y dos cámaras de auto.
La mujer terminó en el Moyano y Robertito por suerte adoptado por Bergara Leumann, quien luego de los análisis de ADN resultó ser su padre biológico que lo observaba desde las sombras como el corredor enmascarado a Meteoro.
Hoy día lo cría como a un angelito mas de su botica y Robertito se la pasa todo el día en bolas con unas alitas hechas de alambre y papel de barrilete.

jueves, junio 14, 2007

El desmitificador VI


Acaso pensaban que nos habíamos olvidado de Facundo?
Nooooooo señor.
Nuevamente tenemos el displacer de mostrarles las costumbres que perpetra este individuo devenido en sex symbol (sexo sin bolas)
Como ya hemos visto en otras oportunidades, este pibe tiene un serio problema gastrointestinal crónico, que lo transforma en una verdadera amenaza para en ecosistema, contribuyendo al recalentamiento global con su aporte diario de gas metano.
No conforme con ser un criminal ecológico, no conforme con ser un turro de mierda al pedorrearse a diestra y siniestra; podemos ver que Facundo ha ido mas allá de los límites del temido “pedo con sorpresa”.
Facundo cuando le pinta, directamente se caga encima.
De todas formas estamos evaluando el material con detenimiento; ya que por la modalidad utilizada, tenemos la seria sospecha de que podría tratarse de un problema neurológico.
Lo cierto es que este pibe se ha tenido que leer cada libreto, que bien puede haber quedado como Syd Barret luego de brillar como un diamante loco…

domingo, junio 10, 2007

Venía rápido y se le soltó un patín…


Armando Puig siempre había sido un niño ejemplar.
Su desempeño escolar siempre fué rayano con lo brillante, tanto en la educación primaria como en la secundaria; formando en esta última, parte del cuadro de honor.
Jamás había tenido problemas de conducta; incluso en ocasiones, había sido necesaria la intervención de un adulto (sus maestros o sus padres) para que el pobre Armando no sufriera el robo de sus juguetes o útiles del colegio por parte de sus pares.
Así transcurrió entonces la primer parte de la vida de Armandito, sin sobresaltos mayores que un siete en gimnasia o un pequeño cambio de palabras con sus padres por quedarse mas allá de las diez de la noche mirando tele.
Concluída su formación técnica secundaria, Armando se inscribió en la UTN para en un futuro cercano, llegar a ser un respetado ingeniero como su padre.
Luego de un ingreso brillante y ya en la carrera, una extraña sensación comenzó a expandirse en la cabeza de Armando.
Había algo que no estaba bien.
Poco a poco fué dandose cuenta de que su profesor de física era un reverendo pelotudo.
Ya con la certeza de esta realidad no tardó en reconocer que el profesor de análisis matemático y el de geometría descriptiva también lo eran.
Convencido entonces de tal realidad decidió cotejar su parecer con sus compañeros. En ese momento Armando comenzó a desesperarse: sus compañeros evidentemente conformaban un cardúmen de pelotudos.
De todas formas lo mas terrible aún no sucedía.
Un domingo de Julio, Armando se levantó a las nueve y treinta como de costumbre para desayunar y ponerse a practicar ecuaciones redox; y mientras se lavaba los dientes, reflejado en el espejo reconoció sin lugar a dudas, la cara de un flor de pelotudo.
En ese momento su cabeza le hizo “crack”, le hizo “crack, crack, crack, hasta astillar”.
Ese domingo se ocupó en elaborar un plan para dejar de ser “eso” en lo que se había convertido.
Decidió que de ahora en mas iba a dedicarse a hacer lo que le gustaba y a recuperar el tiempo perdido recreando todas esas travesuras que no había hecho de chico.
Ese lunes concurrió por última vez a la facultad y antes de irse, en un intervalo se dedicó a cambiar de lugar los útiles que sus compañeros habían dejado debajo de los pupitres.
La semana que siguió la dedicó a robarse las tapitas de las válvulas de las ruedas de todos los autos del barrio.
La conducta traviesa de Armando había llegado para quedarse.
Lo único que ocupaba su cabeza era pensar en cual sería su próximo golpe.
Así pasó por épocas en las que pateaba bolsas de basura, por otras en las que se la pasaba trepado a los árboles, o en las que escupía a los transeúntes desde la terraza.
El tiempo fué pasando y Armando se había convertido en un ser francamente indeseable.
Luego de la muerte de su padre por el disgusto; luego de haberse inscripto en la carrera de diseño gráfico y pasados ya los treinta años; Armando elaboró su plan maestro: se dedicaría a romper las bolas por el barrio con el viejo y argentino “ring-raje”.
Los siguientes dos años lo encontraron tocando timbres a diestra y siniestra, llegando a hacer el típico “bandoneón” en los porteros eléctricos de grandes edificios y quedándose a escuchar el resultado; o incluso respondiendo a algún desesperado “hola… hola!” con el soez “tu nariz contra mis bolas”.
Lamentablemente esta práctica fué la que dió fin a las andanzas de Armando.
En ocasión de ser perseguido, baldoza en mano, por un sexagenario vecino; Armando cruzó la avenida Francisco Beiró sin advertir que un once catorce de la línea ciento cuarenta y seis se arrojaba con el semáforo a su favor.
El velatorio fué a cajón cerrado, y a sala cerrada también; ya que los vecinos insistían con cremar el cuerpo in situ.
En su lápida rezan las palabras que él dejó expresadas con antelación para tal fin; quizás presintiendo que un temprano final lo acechaba: “Puto el que lee”.

jueves, junio 07, 2007

… o todo como el orto.


Porque este blog ha sido declarado de interés proctológico nacional.
Porque cuando no lo menciono, el ano es echado de menos y buscado en cualquiera de sus formas (como en el juego “donde está Wally”)
En definitiva queridos amigos; porque ustedes lo piden, les dejo este breve post hecho realmente para el ojete.
Enjoy it!

Parece que lo que se viene con la fuerza de una diarrea luego de la ingesta de agua de napa de zona sur; son los peinados en los pelos del culo.
Según las encuestas, los mas pedidos serían las trencitas chinas, la raya al medio y el flequillo rolinga.
Para los mas velludos el rodete es una buena opción, pero lamentablemente se han reportado casos de atascamientos a la salida que llegan a provocar el tan temido “síndrome de la puerta doce”, que desemboca indefectiblemente en cirujía.
De todas formas la punta viene encabezada por el peinado “dunga-dunga”; que no es otro que el clásico peinado para adentro.
Gracias Paola…

domingo, junio 03, 2007

Viaje Alucinante II


En plan de experimentar nuevas sensaciones, hay quienes no se fijan en gastos.
Este es el caso de estos tres amigos que se juntaron el último fin de semana a ver “Apolo 13” como plataforma de despegue del viaje que se pensaban propinar.
Como podemos ver, la velada comenzó con artillería pesada que les otorgó una interesante distorsión de la realidad.
Cuando le llegó el turno a las inyectas de líquido de frenos rebajado con Benadril, los tres amigos bailaban en trencito temas de La Portuaria en pelotas, junto con Pepe Biondi, Kurt Cobain, Tita Merello y el mismísimo General Perón.
La mañana los encontró pegados al techo, con sus visceras confundidas y desparramadas por todo el living.
Medio caro el viaje, pero quien les quita lo bailado, no?
Que loquillos estos pibes…