Vierta en su cabeza una adolescencia de los años ochenta con alto contenido de Blade Runner y una temprana juventud apocalíptica sin ofertas de laburo musicalizada por el grunge.
Después agregue un extenso imaginario de chicas lindas al lápiz; de esas made in Frazetta, o Altuna, o Grondona White, por citar solo algunas de tantas.
A continuación lubrique la mezcla con un poco de aceitosa cultura Pagsa.
Revuelva con cuidado hasta obtener una masa homogénea.
Finalmente expolvoree a gusto con la pesadilla cotidiana del tránsito en una ciudad donde se debate entre meterse el auto en el culo o patear basura que crece como frondosa vegetación de la jungla de cemento.
Cocine en 45 minutos de espera de bondi a puro golpe de calor ultravioleta en su mollera despoblada de cabello.
El resultado puede que sea algo como esto:
Al paladar probablemente le resulte ligeramente insípido, por lo que puede aplicarle un baño de tinta china para cobertura, mas o menos de esta forma:
Si la tinta china le es indigesta; puede probar con el sutil sabor de la acuarela; algo livianito como para antes de dormir:
Por último, si el agua de la acuarela se le vuelve inmanejable y lo hace levantarse a hacer pis a la mitad de la noche, mándele un pastillaje fas-fúd de Fotoyóp y listo el guiso.
Pero después no se queje si a la mañana siguiente le duele la cabeza…