Extraiga una diestra adormecida del mouse inalámbrico.
Cubra las cinco falanges con una amalgama de clases de
historia a cargo de una profesora de belleza mortecina que nos cuente sobre
Horus, Anubis y Bastet.
La palma y el dorso con rodajas de su escencia perruna,
que sabe con certeza que duerme todas las noches con una gata a su lado. (quien
puede predecir el resultado de menuda mezcla? Afortunadamente nadie mas que
nosotros)
Salpimente con los desordenados colores de un ochentoso
cubo Rubik
Reboce con una temprana infancia fascinada por descubrir
las profundidades de la ciudad a bordo de largos gigantes de madera que se
abrían paso bajo la tierra. (Años después un cuasimodo descerebrado propondría
hacer un asado con esos mismos gigantes; mas allá de la profunda brutalidad,
linda paradoja de los que siguen señalando por la calle a los asadores de
parquet)
Unja extremamente la extremidad con aceite de Enki Bilal
y fría en la misma sustancia a fuego fuerte, para luego dejarla enfriar sobre
una hoja blanca de buen gramaje.
El resultado puede que se asemeje esto:
Seguramente su lengua le pedirá alguna textura que lo
haga mas interesante.
Sin cambiar los ingredientes, con un poco de paciencia
puede conseguir algo mas o menos así:
Finalmente, si lo que anda buscando es un cambio de sabor
sin caer en el pecado de la mayonesa, el color puede ser el aderezo que
estabamos buscando:
Ahora sientese a la mesa, saboree el plato y recuerde
que; contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano.