Estas preso en tu trabajo durante 10 horas y media de todos los lunes a viernes de tu vida.
Tu cerebro se retuerce, presiona hasta la cefalea, levanta la tapa de los sesos y se vuela a la mierda.
En ese momento decidís que no vas a soportar ni un minuto mas de agresión a tu dignidad laboral; con lo que se abren dos caminos a seguir:
El primero te guía al despacho del dueño de la empresa, a exigir volver a la olvidada jornada de ocho horas, junto a una remuneración mas justa por tu labor.
El segundo camino te empuja al balcón de tu oficina, con planes suicidas como único paliativo a tu sufrimiento cotidiano.
Luego de un breve análisis de la situación, la cordura y la calma vuelven a gobernar tu mente, y lográs entonces visualizar con claridad cual es el camino mas lógico.
Sin dudarlo te dirigís al balcón.
Ya en él, evaluas la efectividad del golpe considerando que estás en un primer piso y te das ánimo pensando que la Pradon se salvó del séptimo, pero que Juan Castro se hizo de goma en uno solo.
Buscando con la mirada el auto de tu jefe, para ver si aprovechando la volteada se lo hacés mierda; algo en la vereda atrapa tu atención.
Una cuadrilla trabaja intensamente en lo que pareciera ser un caño de desagüe o algo por el estilo. Mas allá de lo poco interesante y cotidiano de la escena, hay un detalle que a pesar de tu situación límite no podés pasar por alto.
Recordás entonces que para algo te compraste ese puto celular con cámara que tan caro te salió y ahí nomás obtenés esta hermosa toma de un auténtico “culo de plomero”.
Conociendo la poca fidelidad de estas cámaras bastardas, amparado en la impunidad que te da tu posición cenital, te disponés a hacer una segunda toma con mas tranquilidad, “por las dudas de que haya salido movida”.
Dejando de lado la idea del suicidio por un momento; volvés a sentarte frente a tu grillete electrónico y bajas las fotos para ver el resultado de tus tomas furtivas.
Como ocurre generalmente, la espontaneidad de la escena se capturó en la primera de ellas; pero lo cierto es que mirándola bien, la segunda algo te dice… y casi casi podés escuchar las vocecitas en tu despeinada cabezota.
Y ahí nomás le plantás los globitos.
A continuación el procedimiento de rigor. Adjuntar la imagen en un mail con copia a todos tus compañeros de presidio bajo un título digno de Jorge Corona como por ejemplo: “temporada de avistaje de culos” o “vení que te tapo la pérdida”.
Luego del “send” ya te sentís mucho mejor, y hasta pensás que valió la pena haber entregado medio país para tener la posibilidad de contar con teléfonos celulares con cámara e internet para poder hacer estas cosas.
Un culito de poxirrán para zafar del frío.
Y agradecés a San Motorola por haberte salvado la vida.
Falta mucho para las 18:30?
Amen…
Un silencioso acto de vandalismo, una pequeña venganza con el humor fácil como herramienta,
contra lo que día a día nos obligan a consumir visualmente. Ninguna pretensión mas allá de esto.
jueves, junio 26, 2008
jueves, junio 19, 2008
El caso Gómez píndaro
Ya en otras ocasiones hemos abordado el tema de la experimentación quirúrgica en seres humanos.
Hoy nos ocupamos de la triste historia de Demetrio Gómez Píndaro y su tercer brazo.
Víctima de las últimas leyes de flexibilización laboral, Demetrio tuvo que someterse a la operación de injerto de un tercer miembro superior, para aumentar su capacidad de trabajo y así poder acceder a un 8% de aumento en su salario, a cobrar escalonado de acá a fin de año en tickets canasta.
Demetrio había advertido a sus empleadores sobre la conveniencia de que el nuevo brazo fuese derecho, ya que él era diestro; pero al parecer el convenio con el sindicato, la obra social y la ART cubría el costo de la intervención solo para brazos izquierdos.
Este hecho provocó que nunca terminara de dominar la torpeza del injerto, y que antes de fin de año lo despidieran de su trabajo por considerarlo demasiado zurdo.
A partir de entonces, Demetrio nunca mas pudo recuperar su estabilidad laboral, debido a la particular torpeza de su tercer brazo, condición que a estas alturas parecía tratarse de un extraño caso de “rechazo”; en donde era el brazo el que rechazaba a su nuevo dueño.
De esta forma, tuvo que lidiar sistemáticamente con la rebeldía del miembro que por ejemplo se confabulaba con las otras dos extremidades para malograrle un almuerzo ambulante, o que se negaba a bajarle la bragueta cuando acudía al baño público con las manos ocupadas, o que le tocaba el culo a los especímenes masculinos mas amenazantes que viajaban en el 176 por ruta 8 hacia Loma Hermosa.
El desgaste en la relación Hombre-Izquierda se fue abriendo paso paulatinamente, alcanzando su punto cúlmine una noche en la que Gómez Píndaro se despertó en la mitad de su sueño y descubrió con horror que mientras él dormía, la mano injertada le tocaba una teta a su mujer.
Ante semejante hallazgo Demetrio se trabó en una feroz lucha con su brazo izquierdo bis, el que se defendió intentando estrangularlo.
Fue entonces que su otra mano izquierda atacó a la injertada; no para defender a Gómez Píndaro, sino por diferencias ideológicas irreconciliables que a esta altura se habían instalado entre ambas camaradas de lado corporal.
Como suele ocurrir en estas circunstancias, aprovechando la confusión reinante, la diestra impuso el orden y la mano dura, cagando a puñetazos a las dos izquierdas y a Demetrio por igual.
Como resultado de la golpiza autoinflingida, el pobre hombre y sus tres brazos terminaron en el hospital.
Gómez Píndaro pasa hoy sus días en el psiquiátrico de Open Door, en el pabellón de injertos y germinaciones; soportando las constantes peleas de sus tres brazos entre sí, y dependiendo de un enfermero para ir al baño, ya que ninguna de las tres extremidades se quiere hacer cargo de ayudarlo con la tarea.
Esta investigación no hubiera sido posible sin el aporte del compañero Socho, plasmado en su comentario en esta otra entrada, en la que tratábamos este mismo tema.
viernes, junio 13, 2008
El chico expiatorio
El chico expiatorio es una figura que se nos ha incrustado en la lengua y en la conciencia, cuyo origen conocen muy pocos.
El diccionario define al chico expiatorio como aquél que en una reunión de amigos se hace cargo de las grandes de muzzarela y la cerveza bajo la promesa de “mañana arreglamos, muñeco”.
Ya como figura en si, lo define como aquel sobre cuya cabeza cargaba la sacerdotisa, por la imposición de tetas, todas las culpas de lesa femineidad de los masculinos vivos del barrio y sus provincias limítrofes; tras lo cual era expulsado con una certera patada en el culo a vagar por las vías del San Martín (en el tramo Palermo – Retiro) entre el griterío y las imprecaciones de las chicas en su contra.
En el capítulo 12 del manual Kapeluz se explica el rito anual de la expiación. Ayelén recibirá de la asamblea de los hijos de Villa Taladro a los dos pibes mas abombados del barrio, capturados por sus discípulas para el sacrificio por el pecado.
Tomará a los dos giles, y presentándolos ante el poster de Juanes a la entrada del tabernáculo de la reunión, echará sobre ellos las suertes: una la de Juanes y otra la de Cucho Parisi.
Pondrá Ayelén sus dos tetas sobre la cabeza del nabo que corrió con la suerte de Cucho, vomitará sobre él todas las culpas, todas las trastadas de los Hijos de Tuna y todas las pirateadas con que han pecado, y las echará sobre la cabeza del zanguango y lo mandará a recorrer descalzo las vías.
El bobazo llevará sobre sí todas las inequidades de ellos a tierra inhóspita, y la mujer que lo lleve lo abandonará a su suerte sin monedas para el bondi, sin celular, perfumado y con una musculosa que rezará “los de la 31 son todos putos”.
No debe ser ajena a este ritual, la asignación de la figura del boludo a manivela al Innombrable. El paganismo grecorromano aportó sus giles a cuadros a esta misma imagen. Lo sustantivo es la institucionalización de la descarga de nuestras culpas sobre alguien: El chico expiatorio; el que paga nuestras culpas, nuestra pizza y nuestra cerveza. O sea.
En cuanto al bolas tristes que corrió con la suerte de Juanes, a ese le irá peor; a ese sin mayor preámbulo se la cortan.
jueves, junio 05, 2008
Relaciones peligrosas III
Carola y Eduardo podrían no haberse cruzado jamás en la vida.
Quiso la providencia, ayudada en parte por las nuevas tendencias, que estos dos seres llegaran un día a conocerse.
Así fue que “Mister Edu” (tal como lo conocemos en la blogósfera) se contactó con Carola por intermedio de su blog “La vida es larga y dura”; en el que escribe sobre literatura, música, humor, tecnologías y gastroenterología.
Podríamos contar la historia como una simple crónica mas de las locas vueltas del amor; pero creimos mas apropiado acercarles una breve entrevista, y que sean los propios protagonistas los que la relaten.
Sepan disculpar las desprolijidades del material; el mismo se encuentra sin editar.
Llegamos a la locación indicada, el hogar de Eduardo; en donde hace algo mas de un año convive con Carola.
Ya en el interior del loft, nos invade un cálido ambiente; austero, con mucha madera, mucho heno, y para que negarlo, mucho olor a bosta.
Mister Edu nos recibe en una bata roja, que si no fuera por el logo bordado de “Haras Los Pommetes”, creemos sería idéntica a la de Sandro.
Agitando suavemente un vaso de amargo serrano en las rocas sobre su pezuña, nos invita con un gesto a tomar asiento en unos cubos de alfalfa que coronan el ambiente folk.
Segundos después se acerca Carola, para ubicarse frente a nosotros, al lado de Eduardo.
Gen71: ¿Cómo comenzó todo?
K-rola: Yo leía su blog, me resultaba sumamente interesante. Al poco tiempo empecé a dejarle comentarios, y en sus respuestas pude ver su sensibilidad e intuír su gran inteligencia.
Mr Edu: Yo veía que en el avatar de “K-rola” asomaba un buen escote, así que ahí nomás me mandé a su blog “Enigmática Automática” y de ahí a su fotolog…
Gen71: ¿Y entonces?
Mr Edu: Me di cuenta de porqué la veía “sospechosa” en los comentarios, ja, ja!
K-rola: Ay, Edu… como sos, eh!
Gen71: Aha… ¿y fue ahí que comenzaron a intercambiarse mails?
K-rola: Si, yo empecé a escribirle y hasta me animé a mandarle unos cuentos que tenía guardados, para que me diera su opinión… pero claro; todo era una excusa para comenzar a intercambiar mails.
Y los mails comenzaron a ir y venir, hasta que finalmente un día junté coraje y le mandé un poema que le había escrito con el pretexto de que me diera su apreciación.
Gen71: Ahí nomás te llegó al corazón…
Mr Edu: Ahí nomás le pedí que me mandara algunas fotos en las que estuviera un poco menos abrigada que en las que posaba en bombacha y musculosa en el flog.
Gen71: ah… estemm… ¿el encuentro vino poco tiempo después?
Mr Edu: Esa misma noche. La mandé a buscar en un remís; y me pedí la promo de una grande de muzzarella, una faina y una cerveza.
K-rola: Muy rica estaba la pizza…
Gen71: Que bien… ¿y como resultó la velada?
K-rola: Espectacular! Una cena romántica a la luz de las velas…
Mr Edu: Es que me habían cortado la luz hacía dos meses. Son un peligro con tanto pasto seco…
K-rola: Después Edu, para romper el hielo, me llevó a cocochito a su cama, la que había decorado con flores especialmente para mi…
Mr Edu: Si, el hielo… no sé que yuyo me crecía abajo del catre que estaba todo brotado. Hacía dos meses que no me venía la señora que limpia.
K-rola: Fue una noche maravillosa…
Mr Edu: Una manteca la flaca…
Gen71: Muy linda historia… de todas formas me imagino que habrá sido un tema el verse por primera vez, reconocerse…
K-rola: Y si, un poco me costaba ensamblar a quien tenía en frente con el autor del blog y los mails…
Mr Edu: A mi no; era igualita a la foto pero vestida.
Gen71: Si, si, me imagino… pero digo, en el caso de ustedes debe haber sido un poco mas difícil, no?
K-rola: Mas difícil?
Mr Edu: …
Gen71: Y si… a ver… como decirlo… vos, Carola; esperabas encontrarte con… un caballo?
K-rola: Con un caballero…
Mr Edu: Que te pasa máquina? Me vas a discriminar ahora?
Yo te dije algo que sos enano y se te están volando las chapas?
Gen71: Bueno, bueno, no lo dije en sentido peyorativo; es solo una observación de la realidad…
Mr Edu: Pero porqué no me observás esta, bufarra!!!
Tomatelás! Tomatelás de acá y sacudite bien el culo que no quiero que te lleves ni una puta hebra de alfalfa de mi casa!
K-rola: Calmate, amor, dejalo, no le pegues!
Gen71: Si, si, calmate, no me pegues!
Mr Edu: Rajá, boludo! no te quiero ver mas por acá, ni comentando en mi blog, escuchaste?! Te voy a denunciar con en INADI, vas a ver…
Y de esta forma partí raudamente, con la entrevista interrupta pero con el resto del cuerpo sano, y con un par de conclusiones tomando forma en mi cabeza:
Los caballos parecen macanudos; pero cuando te ponés a hablar con ellos son unos animales y encima malaonda.
Y los blogs… los blogs solo sirven para el levante.
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