
Para estas fiestas los chicos del RENAR nos advierten sobre todas las opciones que nos ofrecen estas fechas, para no quedarnos en el facilismo de volarnos un dedo con un rompeportones, o escabiar y fajar a los pibes cuando nos hinchan los huevos preguntando por los regalos o por el paradero del reno Rodolfo.
Por eso, vaya este Top Five, con el interesante menú que nos brindan estas fechas, para pasar unas hermosas fiestas del orto:
Un clásico: el corcho de sidra en el ojo; si es de plástico y a quemarropas mejor así nos aseguramos la pérdida del globo ocular. Fin de fiestas con brindis en la guardia del Santa Lucía.
Tirarle los perros a tu cuñada delante de toda la familia, con la excusa del alto porcentaje de alcohol en sangre. En el mejor de los casos dormimos en el palier y sin almohada.
Picarse con el clericó y decirle a tus suegros que te parecen dos viejos caretas, es una buena chispa para asegurar el incendio de la mesa familiar. Como mínimo, el pan dulce lo terminan de digerir para Reyes; y si alternamos la discusión con unos vasos de sidra, hasta podemos terminar a las manos.
Para los que buscan emociones fuertes: salir a violar semáforos rojos por las avenidas y estrolarse contra una ambulancia del instituto del quemado. Esta está buena porque integras a personas desconocidas al festejo; es una linda forma de alternar con otras familias en el hospital Fernández o en la morgue judicial.
Por último: agarrarte a los bollos con tu vecino, porque le pegó a tu sobrino que estaba meta tirar petardos en su vereda. Si tenés la suerte de que el tipo sea retirado de la Federal tenés los cuetazos garantizados; porque estos personajes salen a tomar fresco calzados (por los mosquitos, viste?)
Asi que mis queridos, la mesa navideña está servida.
Después no digan que se aburrieron como siempre… che, pasame la sidra…
Y no se olviden que Papá Noel ha muerto.
Que viva Papá Noel.