Un silencioso acto de vandalismo, una pequeña venganza
con el humor fácil como herramienta,
contra lo que
día a día nos obligan a consumir visualmente. Ninguna pretensión mas allá de esto.

domingo, junio 10, 2007

Venía rápido y se le soltó un patín…


Armando Puig siempre había sido un niño ejemplar.
Su desempeño escolar siempre fué rayano con lo brillante, tanto en la educación primaria como en la secundaria; formando en esta última, parte del cuadro de honor.
Jamás había tenido problemas de conducta; incluso en ocasiones, había sido necesaria la intervención de un adulto (sus maestros o sus padres) para que el pobre Armando no sufriera el robo de sus juguetes o útiles del colegio por parte de sus pares.
Así transcurrió entonces la primer parte de la vida de Armandito, sin sobresaltos mayores que un siete en gimnasia o un pequeño cambio de palabras con sus padres por quedarse mas allá de las diez de la noche mirando tele.
Concluída su formación técnica secundaria, Armando se inscribió en la UTN para en un futuro cercano, llegar a ser un respetado ingeniero como su padre.
Luego de un ingreso brillante y ya en la carrera, una extraña sensación comenzó a expandirse en la cabeza de Armando.
Había algo que no estaba bien.
Poco a poco fué dandose cuenta de que su profesor de física era un reverendo pelotudo.
Ya con la certeza de esta realidad no tardó en reconocer que el profesor de análisis matemático y el de geometría descriptiva también lo eran.
Convencido entonces de tal realidad decidió cotejar su parecer con sus compañeros. En ese momento Armando comenzó a desesperarse: sus compañeros evidentemente conformaban un cardúmen de pelotudos.
De todas formas lo mas terrible aún no sucedía.
Un domingo de Julio, Armando se levantó a las nueve y treinta como de costumbre para desayunar y ponerse a practicar ecuaciones redox; y mientras se lavaba los dientes, reflejado en el espejo reconoció sin lugar a dudas, la cara de un flor de pelotudo.
En ese momento su cabeza le hizo “crack”, le hizo “crack, crack, crack, hasta astillar”.
Ese domingo se ocupó en elaborar un plan para dejar de ser “eso” en lo que se había convertido.
Decidió que de ahora en mas iba a dedicarse a hacer lo que le gustaba y a recuperar el tiempo perdido recreando todas esas travesuras que no había hecho de chico.
Ese lunes concurrió por última vez a la facultad y antes de irse, en un intervalo se dedicó a cambiar de lugar los útiles que sus compañeros habían dejado debajo de los pupitres.
La semana que siguió la dedicó a robarse las tapitas de las válvulas de las ruedas de todos los autos del barrio.
La conducta traviesa de Armando había llegado para quedarse.
Lo único que ocupaba su cabeza era pensar en cual sería su próximo golpe.
Así pasó por épocas en las que pateaba bolsas de basura, por otras en las que se la pasaba trepado a los árboles, o en las que escupía a los transeúntes desde la terraza.
El tiempo fué pasando y Armando se había convertido en un ser francamente indeseable.
Luego de la muerte de su padre por el disgusto; luego de haberse inscripto en la carrera de diseño gráfico y pasados ya los treinta años; Armando elaboró su plan maestro: se dedicaría a romper las bolas por el barrio con el viejo y argentino “ring-raje”.
Los siguientes dos años lo encontraron tocando timbres a diestra y siniestra, llegando a hacer el típico “bandoneón” en los porteros eléctricos de grandes edificios y quedándose a escuchar el resultado; o incluso respondiendo a algún desesperado “hola… hola!” con el soez “tu nariz contra mis bolas”.
Lamentablemente esta práctica fué la que dió fin a las andanzas de Armando.
En ocasión de ser perseguido, baldoza en mano, por un sexagenario vecino; Armando cruzó la avenida Francisco Beiró sin advertir que un once catorce de la línea ciento cuarenta y seis se arrojaba con el semáforo a su favor.
El velatorio fué a cajón cerrado, y a sala cerrada también; ya que los vecinos insistían con cremar el cuerpo in situ.
En su lápida rezan las palabras que él dejó expresadas con antelación para tal fin; quizás presintiendo que un temprano final lo acechaba: “Puto el que lee”.

14 comentarios:

Calio dijo...

Al menos se dio cuenta a tiempo que era un pelotudo, hay varios que nunca lo ven...
Digame si no murió el muchacho en su ley... :-P

Besos

(Ay, mil gracias por el mensaje, mencantó!)

;-)

Chinita Jodida dijo...

Me cae bien este Armando.
Parece de los míos.

Anónimo dijo...

Ay que susto!!! no podía entrar!! ya temia lo hubieran hackeado los vecinos de Armandito...
Un tierno... ese "crack, crack" me derritió de ternura. Aunque detecto algunos rasgos autobiográficos suyos, amigo.
Aunque hablando en serio, que feo que es sentirse rodeado de pelotudos!!!! Sobretodo porque a uno no lo agarran bien parado y reacciona mal. Ya es suficiente el sentirse una boluda como también tener que tolerar toda una sarta de pajeros. Y gratis!!!!
Besos a todos

Amperio dijo...

No sólo un "puto el que lee" resaltó en el velorio del Armando. La nota disonante la daba la enorme corona dedicada por sus ex-compañeros de Facultad que refulgía en letras doradas un terrible: "Armando. Sorete blando"

Anónimo dijo...

El precursor de esa nota disonante no fue otro que Arturo, harto de que Armando lo tuviera de punto con sus versitos rimados durante los últimos meses antes de dejar definitivamente la facultad.

Anónimo dijo...

Este armando sera acaso un reflejo de algun conocido suyo Gen?... me sono a eso cuando armando eligio la profecion... pero bue uno no debe juzgar asi no?.

Quien no toco un timbre y salio corriendo?... o porlomenos nadie me puede negar que alguna vez se equivoco de boton en el portero de un edificio y quedo callado.. o peor!.

Este pelotudo era bien pelotudo, pero vieron que rapido se dio cuenta de lo pelotudos que eran sus compañeros, eso si le costo un pokito darse cuenta de si mismo, obviamente causa de su pelotudez.

amperio encontro la corona que segun absurda era de armando.. pero nadie vio las puteadas que le escribio atras de la lapida el profesor de fisica con un liquipaper? ese si que era un pelotudo importante, o acaso nadie se percato de que armando puig no era su verdadero nombre?, es que seguramente se lo habia cambiado por verguenza o por miedo a comvertirse en el pelotudo que fue... el verdadero nombre que figuraba en la mencion de la lapida era: Armando Esteban Quito.

En fin... vida jodida la de este pobre boludo.

Un Saludo gen lo invito a pasar por mi blog.

ex-gatopedrense dijo...

ando pululando nuevamente por el mundillo blogger. espero su visita
besos, abrazos y franeleos

gen71 dijo...

Caliope: Mas vale tarde que nunca amiga, y para seguir con los lugares comunes (de mi parte of course) lo que vale es la intención ;)
Es cierto, murió en su ley, tuvo una muerte bien pelotuda.
De nada Cali, usted se merece eso y mas...

Chinita: Es de los nuestros ;)

Chuchinga: El post ma salió redondito, no?
Cualquier coincidencia con personajes de la vida real o con el autor de este blog (que como todos sabemos no es real) es mera coincidencia.

Amperio: Es cierto compañero, aunque con lo que mas se zarparon fué con lo que le escribieron en la tapa del cajón en letra de talla a trincheta:
"La vida es una moraleja
encerrada en una caja;
en que no coje se deja,
y el que no se hace una paja."

Absurda: Lo de Arturo y Armando, según definición de mi abuela, sería un típico caso en el que el muerto se ríe del degollado...

Hk-0000: Así son las cosas... la vida tiene esas pelotudeces...

Gatopedrense: Gracias por pasarse y repasarse ;)
Me estoy dando una vuelta.
Le dejo una rascada de lomo...

sauria es una mutante! dijo...

Un groso Armando, eh! veo su vida muy reflejada en la mía. Miraré con precaución antes de cruzar la próxima vez, lo prometo!

besos Gen! y no se haga el galán con Caliope que lo estoy vigilando de cerca, tamos? já!

alie nada dijo...

vos sos un gen, yo soy varios

me mató este flog, me mató y ahora no me puedo levantar. mail :) witchgirl54 piripipí, siga vandalismando a ver si alguna vez llegan las molotov a la comisaría!

MICH dijo...

Es una injusticia total que el Ring Raje no sea considerado entre los deportes de riesgo, y además que no se lo contemple como política nacional en la Secretaría de Deportes.

gen71 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
gen71 dijo...

Sauria: Asi son las vidas reflectivas amiga mía.
Tenga cuidado por favor al cruzar, mire para ambos lados y atesé bien los cordones!
Galán... me suena... Lucía, Joaquín o Roberto?

Ana88: Estamos decodificando todavía, pero me alegro mucho de divertirte.
Bienvenida y gracias por pasar!

Mich: No diga nada, pero parece que hubo un proyecto de elevarlo a la categoría de deporte nacional que fue cajoneado por Danielito Scioli en épocas en las que era Secretario de Turismo y Deporte.
Parece que antes de la motonáutica ya era un campeón en esta disciplina; y puso como condición que se creara una categoría denominada "brazo de goma".
Al final no transaron y el proyecto terminó abandonado

Anónimo dijo...

Esta chica ANA (quiza subliminalmente referido a los ANALizis de GEN) Confundio este Blog con un Flog?

Que no se nota la diferencia?