arGENtinos

Es así la cosa.
Parece que al final, Ernesto Guevara de la Serna (a quien de aquí en mas llamaremos “Che”) es quien mas nos representa a nosotros, los argentinos.
Para colmo, desde el título del programa encargado de informarnos semejante verdad; se desliza una cuestión cuasi genética, que funcionaría berretamente como metáfora de: “el argentino que llevamos en la sangre”
Que loco, no? Que bien disimulado que lo tenemos.
O será otra cosa?
O será cuestión, de que todo, absolutamente todo es factible de ser “consumido”, en el sentido mas amplio de la palabra?

Volveré y seré remeras, pines del Parque Rivadavia, bandera de recitales y stencil pop en una pared de Palermo Gólico.
Las ideas no se matan, se esconden, se venden, se compran, se prostituyen y finalmente se olvidan

Cuantos de los que clickearon con su mouse óptico en el botoncito “Che”, sabían lo que estas tres letras significan mas allá de lo que hoy podemos comprar?

Perdón, pero ante semejante veredicto solo puedo hacerme estas preguntas pelotudas.

Porque tengo la sensación de estar viviendo en una Argentina paralela.
Una Argentina en la que como poquísimas veces en mis 36 años de vida (de los cuales justo la mitad de ella ha sido vida de votante), a menos de dos meses de las elecciones presidenciales, se puede respirar una apatía política mas que preocupante (en la cual me incluyo).
Y esto ocurre en un marco de fraudes electorales, represiones brutales, chicos que se nos siguen muriendo de hambre y un montón de gente que día a día se vuelve invisible a los ojos de los que todavía podemos apretar vía Wi-Fi el botoncito que dice “Che”.

El haber respondido desde que pude hacerlo por primera vez al nombre de Ernesto.
El haberlo llevado como único nombre y con conciencia de causa desde que recuerdo.
El haber crecido en un hogar en el que jamás hubo una foto, un cartelito, un alarde; pero que si hubieron libros y palabras que sobrevivieron, que no se “consumieron”, en el mas Bradburyano sentido de la palabra.
Son solo detalles menores.
Porque cualquiera que tenga un mínimo de información y dos dedos de frente, no podrá evitar llegar a la misma conclusión.
No nos parecemos al Che ni en el blanco del ojo.
Si así fuera, nuestro país sería muy diferente.
Nuestro presente sería totalmente distinto.

Es así la cosa.
Un vaciamiento mas.
Una payasada…
Cheeeeeee!