
Siempre hemos escuchado múltiples consejos para las primeras citas del tipo; que ropa ponerse o que perfume usar, pero nunca cosas realmente útiles como por ejemplo que hacer si la cita es en la casa de ella, si nuestra anfitriona cocina muy rico, si comemos como bestias, y si a la hora de la sobremesa romántica nuetros intestinos deciden participar de la charla.
Como aqui estamos para brindar un real servicio a la comunidad y no para escribir notas gilipollas de relleno; les presentamos unos breves tips para disimular, lo que en determinado punto se vuelve una realidad inminente, bochornosa e inevitable.
Encubrimiento con estornudo o tos:
En el momento en el que el gas se hace incontenible, se deberá toser o estornudar según se prefiera (se recomienda practicar de antemano y evitar otros sonidos tales como eructos) teniendo especial cuidado de hacer coincidir el comienzo y sobre todo la duración de la onomatopeya con la del gas.
Una contraindicación de este método es que probablemente el esfuerzo empleado para la falsa contingencia amplifique el natural sonido del cuezco, que puede pasar de pedito inofensivo a petardo navideño.
Inyección del gas en el almohadón del asiento:
A la hora de liberar a Willy, tomar la silla con las dos manos y presionar las nalgas contra la superficie de la misma.
El gas probablemente quede insuflado en la gomaespuma del asiento y se enfríe sin conocer el exterior. Es un método bastante seguro y eficiente, ya que a la vez ofrece un efecto “silenciador”. El inconveniente es que la silla después queda para prenderla fuego.
Se deberá chequear el tipo de asiento de antemano, ya que se corre el riesgo de estar sentado en una silla con almohadón de cuero, cuerina o alguna otra trama impermeable, que provocará el indeseado efecto trompetita; logrando un solo que sería la envidia del mismísimo Miles Davis.
Ni hablar de sillas modernas de superficies lisas y rígidas, que pueden formar la temida burbuja eyectora.
Recurso de emergencia:
Para finalizar, planteemos el caso en que nuestro organismo se mande la turrada de soltar el flato sin previo aviso (puede pasarte).
Existen tres situaciones de evidencia diferentes.
La primera y mas frecuente es el ruido, que en mayor o menor medida nos dejará al descubierto. En ese caso, intentaremos hacerlo pasar por otro sonido, y según la intensidad del flato se argumentará desde: “que ruido que hace esta silla” hasta el poco convincente: “parece que va a llover; esta tronando, no?”
La segunda es el olor. Este puede variar de un leve bouquet rancio e indefinido al inconfundible aroma de un ovejero belga muerto, pudriéndose al sol.
En este caso la estrategia es preguntarle a la señorita si se acordó de sacar la basura o directamente el manotazo de ahogado de echarle la culpa al perro o al gato.
Siempre es conveniente chequear de antemano si existe alguna mascota en la casa, ya que es irremontable la situación si uno termina señalando un gato de bizcocho cerámico pintado a mano.
La tercer y última alternativa de evidencia es la combinación de las dos anteriores.
En esta circunstancia, lo mas digno que podemos hacer es reconocer la paternidad del gas y saltar al vacío por el balcón.
Estas son situaciones gastrointestinales de la vida cotidiana, para las cuales el hombre moderno y mal alimentado debe estar preparado.
Para que todo el trabajo previo no haya sido al pedo, esperamos entonces que les hayan sido de utilidad estos consejos.
En cuanto a ustedes chicas; no vamos a elaborar un post aparte, ya que no necesitan cuidarse tanto.
Les aseguro que mas de un hombre tomará un accidente de esta índole, como un gesto de confianza o hasta una gracia para romper el hielo.
Y después se quejan de las diferencias entre el hombre y la mujer…