Grafitti de baño; azulejo 2

SMOKE ON THE WATER

Muchas, pero muchas veces he visto a mis compatriotas mediopelo sacar a pasear a su enano fascista ante los piquetes que frecuentemente entorpecen el tránsito en la Capital Federal.

Estos piquetes generalmente se deben a reclamos sociales de los sectores mas castigados o directamente de los que se cayeron del sistema y que de esta forma buscan abandonar, aunque sea por un rato, su condición de invisibilidad.
Suelen durar como mucho unas cuantas horas y también suelen despertar los mas bajos instintos de mis compatriotas mediopelo, que llegan a verbalizar floridos rosarios de insultos relacionados directamente con la tonalidad epidérmica y esbozar espectaculares planes de genocidios, echando mano indiscriminadamente a ametralladoras o tanquetas, de esas que sirven para “pasar por arriba”.

Como justificativo para tamaña movilización de imaginación digna de un capitán de “la montada”, a mis compatriotas mediopelo les gusta plantear la siguiente situación:

“Ponele que tengo que llevar a mi vieja en una ambulancia y estos negros de mierda con este piquete no me dejan llegar al hospital… yo les paso por arriba y los cago matando a todos! No, si a estos parásitos habría que matarlos de chiquitos…”

La construcción narrativa puede variar levemente (sobre todo considerando que muchos de mis compatriotas mediopelo no cuentan con el vocablo “parásitos” en su Tinellesco stock), pero la idea de base es la misma.

Hace unas pocas semanas atrás, este método de reclamo fue acaparado por uno de los históricos grupos de poder de nuestro país, para expresar su descontento con las retenciones que el gobierno les planteaba.
Obviamente, ellos lo hicieron a lo grande.
No cortaron las calles; cortaron las rutas, y no solo por unas horas, no.
Lo hicieron a lo grande y fueron días de bloqueo, con desabastecimiento y todo.
Y ellos si se dieron el gusto de incluír la escena de la ambulancia; con un hombre infartado en Córdoba, que nunca pudo llegar al hospital y que se murió como consecuencia de la mas absoluta intransigencia de los piqueteros agropecuarios.

Y mis compatriotas mediopelo no sacaron ni la ametralladora ni la tanqueta.
Algunos incluso creyeron apropiado salir a la calle con una cacerola porque… porque… está todo re caro y porque los precios se comen el aumento del sueldo que no me alcanza y… y… porque así se hacía, no?

Hace menos tiempo aún, que una nube de humo nos viene jodiendo la existencia.
Justo en medio de las negociaciones del gobierno con los productores agropecuarios. Los mismos de los cortes de rutas y el lock out.
Los mismos que parecieran ser los responsables de los incendios en los pastizales que gestan esta voraz nube que avanza sobre las ciudades.
Los mismos que se enojan porque el gobierno se lo haga notar “justo en este momento” de negociaciones delicadas.
Los mismos de siempre.

Y mientras tanto el gobierno mira atónito el humo sin racción alguna, hasta que es demasiado tarde para actuar, hasta que los helicópteros hidrantes que no movilizaron en un primer momento ya no alcanzan.
Y miran al cielo, pidiéndole a San Fernando Confesore que haga llover porque no piensan hacer nada, porque sencillamente no saben que hacer mas que sentarse en la mas inepta e inoperante posición a esperar que llueva.

Y ante tamaño desastre generado, con cortes de rutas y demasiados muertos, mis compatriotas mediopelo ahora guardan silencio.
Y se matan en la ruta 9 aplastados, o rostizados.
Y se llenan los pulmones de humo mientras trabajan, mientras comen, mientras duermen.

Y yo, gemelo de mis compatriotas mediopelo, tan mediopelo como ellos a la hora de no hacer nada mas que observar y enojarme; agarro el teclado y escribo esto mientras me rasco los ojos y toso el humo de este opio, que hace rato nos dieron a fumar.

… a fire in the sky, smoke on the water.
Cha cha chaaan, cha cha charaaan, cha cha chaaan cha chaaan…