Facebook you!

Hace algo mas de un mes atrás, luego de escuchar el rumor de que Pata Villanueva y el Loco Gatti serían la misma persona, caí en un pozo depresivo que me llevó al borde del suicidio.
Después de varios intentos fallidos, (entre los que se contó el de colgarme de una viga del techo con una medibacha y que termino como un bizarro ensayo de “bungie jumping”) decidí ahogar mis penas en la web, que ya me había salvado la vida en mas de una oportunidad con el blog, el fotolog, el twitter, etc, etc...

Y tal como lo esperaba, Internet una vez mas no me defraudó.
Un nuevo y maravilloso mundo se abrió ante mi: el Facebook.

Ahí nomás me registré un perfil y mi vida cobró un nuevo sentido; ahora puedo contactarme con gente muy interesante, sin la cual hoy no podría seguir viviendo.

Gracias al Facebook puedo interactuar, por ejemplo, con mis compañeros de secundaria a los que nunca mas vi; encontrando incluso a ese grupito tan simpático que se divertía cambiando mi almuerzo por la caca del perro del portero.

También puedo entrar en el álbum de fotos de mi primera novia y ver que se hizo las tetas y que se casó con un tipo que se parece bastante a Brad Pitt; que se la llevó a Grecia de luna de miel y que por supuesto tiene muchísimo dinero.

Incluso pude localizar parientes que desconocía que tenía; como por ejemplo el hijo del primo segundo del cuñado de la hermana del sobrino de mi abuelo; que se apellida Pérez como yo, y que se dedica a customizar calefones en Turqmenistán.

Y no todo es ver la vida de los demás, claro que no!
En el Facebook puedo ser protagonista y subir las fotos de mi día a día para que todos puedan ver lo que hago. Si se dan una vuelta hoy, podrán ver el resultado de mi último tratamiento de conducto, en donde incluyo las fotos de la parte en la que al dentista se le cae una lima adentro de mi garganta la cual no puedo evitar tragarme. (en breve subo las fotos de la salida de la lima de mi cuerpo; no se preocupen que yo estoy mas ansioso por verlas que ustedes.)

Sin dudas una de las posibilidades mas interesantes que me brinda este espacio es la de poder contar lo que estoy haciendo minuto a minuto, pudiendo compartirlo con otros usuarios con mensajes del tipo: “tomando el jugo de medias que vende la máquina de mi trabajo por 50 centavos”, o “escuchando el programa de Laje en Radio 10”, o “agarrandome la punta del pene con el cierre del pantalón”.

Lo cierto es que no dejan de asombrarme las utilidades que día a día descubro en esta maravillosa plataforma.
Creo que no me divertía tanto desde que criaba Sea Monkeys en mi departamento de dos ambientes…

…todo un palo, ya lo ves.



UPDATE:
El compañero Socho se vino pal rancho con una carpeta llena de expedientes F, y alguna que otra foto de la Coca Sarli en pelotas.
Aquí les transcribo los datos mas relevantes para que después no digan que no se les avisó.
Que cosa? que fotos?
Ah, no, las fotos de la Coca no se las comparto, eh...


Facebook es una plataforma del demonio.

Conocido es el caso de Analía Eliana Robles, que un dia se hizo una cuenta en Facebook y al otro día murió de cagadera. Los peritos aun buscan indicios que relacionen ambas cosas, pero es indudable.

También podemos recordar a Maximiliano Ortiz, quien perdió la cordura cuando encontró a su primera novia en Facebook y descubrió que lo que los amigos le dijeron siempre era crudamente cierto: era un defensor de Dock Sud.

Pero quizás el caso más terrible es el de el homosexual Luciano Perrier-Turandot, quien un dia se puso a contar cuanta gente había con un apellido tan poco común; y tuvo la mala suerte de encontrarse a sí mismo. Se pareció lindo pibe, se encaró y se levantó a si mismo.

Se encontró consigo mismo repetidas veces, hasta que al ver que se había enganchado seriamente, se propuso un amarre civil; a lo que, inclemente, se respondió que no quería nada serio, y que ahora habría que cortar todo; y se alejó de sí mismo sin mirar atrás, dejándose el corazón destrozado.

Aún hoy se asoma en las tardes de lluvia por la ventana, con la esperanza de verse venir arrepentido; y en las noches de soledad y debilidad se manda cartas que destruye cerradas, inmisericorde, apenas recibidas.

Y piensa, incesante, qué será de su vida; si ahora será o no feliz consigo mismo tal como lo fue consigo mismo.